Artículo por Fredy Massad
Ahmed Hossam Saafan

Ahmed Hossam Saafan es arquitecto por la Misr International University (El Cairo, Egipto) desde 2014. Cuestiones como la identidad, el patrimonio y el desarrollo urbano están presentes en la mayor parte de su trabajo arquitectónico hasta la fecha. Ha participado en los proyectos Cairo Urban Sketchers y Cairo Urban Research Community (2018). Actualmente está trabajando en el desarrollo de una calle en la comunidad informal de Ezbet Khaillarah y la creación del proyecto de espacio público Bent El Shate’e y el Centro de Acogida para Mujeres Ezbet El Borg.
CENTRO CULTURAL DAWAR EL EZBA
El Cairo (Egipto), 2019El Centro Cultural Dawar El Ezba es un edificio amarillo brillante encajado en un barrio precario y descuidado de ladrillos rojos. Su color refulgente se convierte en una metáfora del cambio que esta pequeña construcción trae a este lugar. Situado dentro de una parcela de únicamente 81m2 , este edificio diseñado por Ahmed Hossam Saafan aporta una renovación no sólo con su austera y sólida fábrica sino sobre todo por su misión social, que inocula a un barrio necesitado de infraestructuras de este carácter la posibilidad de ir dejando paulatinamente atrás la marginalidad.
El proyecto ha sido construido para Dawar Arts, una organización cultural independiente que emplea una amplia variedad de procesos basados en el arte para generar diálogo, reparación y cambio social. Artistas, educadores, trabajadores sociales, médicos y expertos en salud trabajan en equipo para proponer intervenciones de carácter psicosocial para personas y comunidades que padecen las consecuencias de la pobreza, la guerra y otras adversidades. La actividad pedagógica que ofrecen incluye talleres, clases y programas de formación profesional en teatro aplicado y terapéutico y artes comunitarias. Ofrecen asimismo eventos culturales como conciertos en directo, lecturas literarias y representaciones teatrales.
La propuesta desarrollada partía de la existencia de Dawar Kitchen, una organización social situada en Ezbet Khairallah, una de las mayores áreas informales de El Cairo cuya población asciende a 850.000 personas, y que a través de la oferta de servicios de catering y otros servicios de alimentación proporciona un empleo digno y formación a inmigrantes, refugiados y mujeres egipcias. El proyecto desarrollado por este joven arquitecto egipcio plantea una extensión de esta cocina para integrar dentro de esta estructura ya existente toda una serie de nuevos espacios: un estudio para la práctica de arte, un espacio de reunión, oficina administrativa y sala de teatro.

El objetivo general del proyecto era convertir a esta nueva entidad arquitectónica en una plataforma interactiva para todos los habitantes del lugar, que mejorase la calidad de vida de toda la comunidad. «Nos enorgullecemos de tener condiciones de trabajo justas y un enfoque participativo que garantice la participación de los trabajadores en la toma de decisiones básicas y la planificación comercial.» El abundante número de talleres dedicados al trabajo de la madera y el metal que hay en Ezbet Khairalla definió el uso de los recursos constructivos a emplear, a fin de convertir el edificio en un agente viviente dentro de este contexto.
Del mismo modo que se incidió en articular un diseño basado en principios de sostenibilidad, se comprendió también que un rasgo fundamental del proyecto debía ser enfatizar el carácter de referente arquitectónico de la cocina dado su importante papel como agente revitalizador de esta zona. Este énfasis quedaría reflejado no sólo en la propia estrategia constructiva sino también en la ocupación posterior del edificio, puesto que los residentes y materiales de construcción locales fueron tenidos en cuenta a fin de recalcar la impresión de que el edificio se erige para servir a las personas de esa comunidad, no como un elemento aislado. De igual manera, su construcción ha querido ser demostración de que es posible transformar la mala práctica arquitectónica y hacerlo mediante el uso de recursos ya existentes, ricos en valor estético y funcional, e introduciendo un nuevo lenguaje arquitectónico en el lugar.

Esa introducción de un nuevo lenguaje se lleva a cabo a través del Detalle de la fachada. 29 planteamiento de los diferentes espacios que el edificio alberga. La disposición interior del espacio crea un entorno fluido que busca inspirar una sensación de solidaridad y unión, permitiendo que cada individuo pueda manifestar y aplaudir la diversidad entre el colectivo. Las ventanas tienen un particular protagonismo y función en el taller de arte, ya que otorgan expresividad a ese espacio y también buscan suscitar una experiencia urbana entre aquellos que viven en la calle situada frente al edificio. Para la sala teatral se escogió un formato abierto para poder brindar a los actores la mayor cantidad posible de espacio para sus representaciones; esta decisión se pone de manifiesto en gestos como el techo inclinado sostenido por una estructura de acero, desviada hacia el lado este a fin de permitir que los paneles solares tengan una prolongada exposición al sol.
El predominio del amarillo como opción cromática supone una forma de conferir luminosidad así como ofrecer una sensación de calidez y serenidad para los usuarios. El edificio también tiene como objetivo cambiar la mala práctica arquitectónica deteriorada y mostrar la posibilidad de utilizar los recursos existentes para implicar un valor más estético y funcional. Arquitectónicamente, el edificio tiene como objetivo proporcionar una plataforma interactiva para la gente de Ezbet Khairallah, que abarca desde niños, jóvenes y adultos. Se pretende llevar a cabo mediante estrategias de diseño y, conscientes de la comunidad que tienen, tienen como objetivo mejorar su calidad de vida. Internamente, el edificio tiene como objetivo crear un entorno perfecto que sugiera solidaridad, permitiendo que se brinde una plataforma a cada participante para respaldar y celebrar la diversidad.
Enero, 2021