Nostrum Habitat: América Latina
Artículo de
Mónica Bertolino

Monica Bertolino es arquitecta por la Universidad Nacional de Córdoba (UNC) en FAUD. Es investigadora en proyectos relacionados con el diseño arquitectónico y urbano. En 1982 se hizo socia del estudio Bertolino+Barrado, el cual fue galardonado con varias distinciones como el Diploma al Mérito o Arquitectura 2002-2006 en Artes Visuales en los Premios Konex (2012). En 1984 comienza su carrera profesional en la docencia universitaria y actualmente es profesora de Arquitectura en UNC. Además, es profesora asociada en la Universidad Católica de Córdoba.
Territorio, Lugar, contexto, recursos;
economía de medios, desafío a la cr eatividad.
Economía de medios y aprovechamiento de recursos, han representado un verdadero sino para nuestro trabajo y vivencias en un contexto atravesado por crisis y altibajos reiterados.
Ciertamente conllevan un permanente desafío al ingenio; y esto nos impulsa a pensar que lo innovativo no reside en lo” extraño” o lo que nunca nadie vio, sino quizás en las miradas diferentes que podemos hacer sobre lo que vemos habitualmente, sobre lo que nos rodea.
Así comprender e interpretar profundamente el contexto complejo, desarrollar la percepción integral, la reflexión crítica, y sacar provecho de la realidad, devienen en estrategias posibles para impulsar procesos que nos permitan afrontar estos desafíos.
Entiendo la arquitectura como Fenómeno de tiempo, de lugar y contexto, como así también de inquietudes personales.
Como Fenómeno de Tiempo, me refiero al Tiempo largo de la historia y al Tiempo “epocal”, que promueve pautas y valores comunes. Comparto el hecho de que como Latinoamericanos nos definen más la Geografía y el Territorio que la Historia. Pero la historia de nuestros territorios con sus marcas y cicatrices abre un debate singular acerca de la validación propia y ajena de nuestra producción cultural, la que ha estado en función de modelos hegemónicos que han pautado lo acreditado y lo no acreditado, y donde precisamente la incidencia de nuestro Territorio en esa producción ha estado ausente. La noción de centro y periferia del mundo nos ha acompañado.
Como Fenómeno de lugar y contexto, me refiero tanto a lo físico como a lo político económico y socio cultural. Es decir, lo que nos encuadra y en gran parte determina los problemas a afrontar, las maneras de actuar, los modos de construir; y que también, desde nuestra mirada personal como estudio de arquitectura, opera como fuente de reflexión e inspiración; que tanto nos acota como estimula potenciales búsquedas.
Como Fenómeno personal - como Estudio- me refiero a inquietudes particulares que atraviesan el Tiempo y el Lugar. A la mirada particular que hacemos sobre ellos.
Territorio y Contexto
Escritores y artistas nos ofrecen miradas sobre el territorio y contexto. Provocativas e inspiradoras: La “vastedad” y “el vértigo horizontal” con las que Jorge Luis Borges refiere a la Pampa; o la condición inabarcable “fuera del alcance antropométrico” que menciona Alejo Carpentier; o la “exuberancia generosa” y “la tierra con perfume a origen” de la que habla Juan José Saer. Todas resultan cualidades de una identidad común, no exenta de diversidades, donde las nociones de naturaleza, materia, tiempo, espacio, belleza, acusan rasgos de pertenencia.
Pero este Territorio que fuera también “de utopías y promesas”, lo es a la vez, de “desigualdades y desequilibrios”.
En nuestro singular contexto habitamos un paisaje “inconcluso”, que se construye en un tiempo lento de crisis sucesivas y estancamientos, en donde aparecen episodios espasmódicos e igualmente inconclusos de apuestas que muchas veces se transforman en ruinas antes de haber existido; como fragmentos abandonados y vacíos de viejas y “ficticias” riquezas.
Este complejo panorama nos obliga a re-pensar las claves y valores sobre los cuales actuamos y producimos los soportes para el habitar, en nuestro continente Americano/Latinoamericano.
Las “Crisis”, la “escasez”, lo “inacabado”, los “desequilibrios”, la “economía” y consecuentes limitaciones, entre otros, nos alertan acerca de la necesidad de valorar los recursos y medios propios, tanto materiales como humanos, buscando mejores ecuaciones para conjugarlos. Desde estas reflexiones es que decimos –como arquitectos- que estamos interesados en producir conscientes del territorio y contexto que nos contiene y compromete; en el tiempo que nos representa; buscando poesía y oportunidades en lo que nos rodea, al vaivén de las fluctuaciones y crisis constantes.
Así, compartimos la inquietud de indagar en la producción actual de y desde nuestras latitudes, en los planos del pensar, el hacer, el enseñar… para enriquecer el debate y crear clima fértil para la construcción de nuestros propios discursos.
Es en este marco de pensamiento, de vivencias e inquietudes, que en nuestros trabajos hemos buscado trabajar con tecnologías simples, materiales y modos constructivos afines a nuestro medio productivo, a la mano de obra disponible tantas veces desentrenada por la falta de continuidad laboral, respetando la memoria de las manos y ajustándonos a los bajos presupuestos de obra y limitaciones.
Esto implicó pensar estrategias capaces de afrontar y revertir como valor las condiciones y posibilidades del contexto de gestión, producción y construcción de la obra local.
Mirar, percibir, y dar valor a lo que nos rodea, forma parte de un proceso en este sentido. Buscando encontrar claves de belleza, de poesía, en acuerdo con el contexto; con frecuencia decimos que buscamos belleza como rabdomantes; hurgando en la realidad. Una belleza quizás no canónica sino aquella que se vislumbra en la potencialidad de algo cotidiano y asequible.
Cito algunas Obras representativas y detonantes de las reflexiones expresadas. Trabajos en la ciudad y en la naturaleza con distintos temas y escalas, en los que se apeló a maximizar los recursos y medios disponibles.
En la Ciudad, Estrategias e Intervenciones Urbanas de diversas escalas. Trabajos profesionales y trabajos académicos de participación y proyección social donde se buscó contribuir al sistema de espacios públicos.
En el marco de la gestión Municipal de Córdoba del intendente Rubén A. Martí entre 1992 y 1999 participamos e impulsamos un Programa de Creación y Recuperación de Espacios Públicos y sistema de verde urbano. Nuestra estrategia consistió en conquistar Espacio Público rescatando del abandono espacios vacíos, remanentes de la traza, basurales espontáneos y reconvertirlos en espacios para la vida colectiva.
Con presupuestos bajísimos, en muchas de las pequeñas intervenciones reutilizamos materiales existentes y sobrantes de otras obras, disponibles en el depósito Municipal. El reciclaje y reúso de materiales en este caso tuvo un sentido lúdico afín al propósito de crear juegos y espacios deportivos. Pero constituye un campo de exploración muy interesante y necesario, con referentes a nivel regional y global.
Pasarela Peatonal repetible. Las Varillas, Córdoba. 2005
La idea de un canasto metálico repetible se concreta en Hierro de obra doblado, con alma estructural de perfiles de hierro.
Pasarela peatonal -ciudad Las Varillas. Dentro de la estrategia general propuesta que contempló aspectos normativos, recuperación de espacios públicos y puesta en valor de edificios patrimoniales, realizamos esta pasarela peatonal para cruzar un canal de agua que atraviesa la ciudad. Se materializó en varillas de hierro dulce doblado, construyendo un canasto metálico repetible a lo largo del canal. Esta pasarela como también pérgolas realizadas con el mismo recurso y lenguaje, fueron parte de una exploración aún en vigencia sobre esta materialidad –hierro dobladoque abarcó objetos y estructuras que incorporan el concepto de “inacabado” como valor y el uso no convencional de este material. Esta técnica también fue propuesta en obras recientes como la Sede de la Federación de Estudiantes de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC) 2018.
Casa del Estudiantes. Homenaje a la Reforma Universitaria 1918.
Pabellón metálico, de planta libre; Estructura de perfiles normales y hierro de obra doblado (2018)
El trabajo en los espacios públicos tuvo su transferencia al plano académico, a través de Programas de Proyección social, donde se buscó contribuir a mejorar la calidad de los espacios colectivos de un barrio carenciado, estrechando así el vínculo entre Universidad ciudad, sociedad, realidad. A través de estrategias participativas que maximizaron el uso de recursos materiales y humanos del barrio.
Para el Jardín Botánico de Córdoba, (1996-1999) la propuesta comprendió la recuperación de los terrenos de un viejo basural espontáneo, para vincular las reservas naturales de un arroyo y del Río Suquía que atraviesa la ciudad, conformado en conjunto el “Parque del infiernillo-Jardín Botánico” como nuevo eslabón del sistema de verde urbano. Conceptualmente entendimos que la arquitectura debía ser aquí el soporte de una experiencia sensorial a través de la cual apreciar el paisaje natural, el cultivado y también el construido.
Se propuso una "estética póvera" como una estrategia capaz de afrontar y revertir como valor las condiciones y posibilidades del contexto de gestión, producción y construcción de la obra local. Se apostó así a reducir los recursos integrándolos en una estrategia constructiva de tecnología local; donde los detalles apostaron al carácter de la estructura resistente y expresión de los materiales. La piedra natural, el hormigón visto -con encofrado de tablas- que exalta sus cualidades plásticas, estructura metálica simple y vidrio laminado para el invernáculo. La luz natural, se convierte aquí en variable de complejidad para el espacio y la forma. Se aprovechó una cañada natural para proponer un espejo de agua, que recepta al edificio, y que a la vez de incorporar flora y fauna acuáticas, funciona como regulador de la temperatura ambiente.
Los Trabajos en el Paisaje serrano de Córdoba representaron nuevamente la oportunidad de re-mirar y percibir el contexto natural y sus singularidades y explorar técnicas constructivas con materiales del lugar, mariales reciclados y mano de obra local.
Jardín Botánico Córdoba- Edificio de laboratorios, herbario y biblioteca. Proyecto 1996- Obra 1999
Muros de piedra del lugar, hormigón a la vista encofrado de tablas. Se buscó asociar, estructura, morfología y lenguaje y poner en valor las tecnologías y medios locales, pensando en la realidad y contexto de pertenencia.
La Propuesta en el “44” en Capilla del Monte, consistió en una intervención paisajística y arquitectónica con programas educativos, recreativos, de servicios, dentro de un Complejo turístico ya intervenido, perteneciente a un sindicato de gasolineros. En las Oficinas técnicas, obrador y Depósitos, decidimos reaprovechar los restos de demoliciones que se acopiaban en un sector de este gran predio, para los muros, utilizando encofrados de tablas donde combinar restos de ladrillos, demolición, piedras del lugar y cemento.
En la Granja Educativa, también situada en las sierras, trabajamos integrando y ayudando a crear un paisaje con la naturaleza del lugar. Se propusieron 2 estructuras de Hormigón visto, apelando al juego de luces y sombras a partir de alterar las distancias entre vigas, dejando también espacios abiertos para dejar pasar los árboles existentes. Se incluyó un perímetro de agua por medio de acequias para delimitar ese espacio en el cañadón de cultivos. El agua aporta el rumor fresco por esos lugares escasa, y a la vez forma parte del almacenamiento de aguas necesario para el combate de los incendios que asedian a esa zona serrana. Materiales simples provistos en una estructura abstracta, que se contrapone a las estructuras de palo a pique natural y a la inclusión de los hornos de adobe. Resulta así, un conjunto abstracto e impuro.
Granja Educativa Capilla del Monte. Sierras de Córdoba. 2008
Pabellón de dulces y pan, Pabellón de animales de granja. Estructuras de hormigón, que se resguardan la vegetación nativa configurando un recinto, cuyo perímetro general se resuelve con acequias de agua y un reservorio, que se incluye en el plan de incendios forestales de la zona.
En el caso de viviendas, según su localía, utilizamos piedra del lugar, hormigón, ladrillo. Las piedras usadas de diversas maneras, en pirca o mampuesto o en hormigón ciclópeo a veces combinadas también con fragmentos de ladrillos.
En todos los casos buscamos mejorar la ecuación entre recursos materiales y mano de obra. Desde una posición de aprovechamiento de lo mínimo, pero, no amparados en la imposibilidad; ni asfixiados en un regionalismo folclórico tan banal como inoperante, ni detenidos en el contratiempo, o atrapados en un discurso de pobreza como estilo. Sino, seducidos por la “complejidad y contradicción” de nuestros contextos otros, en un sentido amplio; conscientes del tiempo como época y de los valores universales de la cultura.
Tal vez la complejidad resida en la profunda comprensión de los diferentes paisajes, sean estos, sociales, urbanos, o naturales; del Paisaje como integridad. Y producir los “soportes” de nuestro habitar “situado”.
Hoy que la realidad interpela todo lo habitual, en un escenario distópico presagiado en la ficción literaria o cinematográfica; donde de la hiperconexión pasamos a las hiperfronteras, y los espacios de la vida colectiva están en jaque, se hace imperativo repensar nuestro rol, y las maneras de utilizar los recursos con conciencia de su finitud, y buscar mejores equilibrios, territorio, sociedad, cultura, recursos, ambiente.
Fecha del texto: Primavera, 2020