Nostrum Habitat: Europa
Artículo por
Rotor

Rotor es un equipo de investigadores, diseñadores, arquitectos y constructores fundado en Bruselas en 2005. Su objetivo principal es promover la reutilización en la economía contemporánea, sobre todo la de materiales de construcción.
Texto originalmente publicado en inglés en la revista
“Second Hand” dirigida por Flores & Prats Architects, 2019
Mecanismo de rejuvenecimiento
El sector de la construcción es un importante consumidor de recursos de materiales nobles, y es además el responsable de generar una cantidad de residuos superior a la producida por cualquier otro sector (la construcción y la demolición generan el 34,7% de los residuos que se producen en la UE). Aunque se reconoce como una estrategia a priorizar por encima del reciclado y la incineración como procedimientos para gestionar los residuos, la reutilización en el sector de la construcción se ve dificultada por obstáculos, no solamente logísticos o técnicos, sino también administrativos y de carácter legal. Rotor, incorporado como equipo sin ánimo de lucro desde 2006, ha desarrollado un portfolio con proyectos que, cada uno de manera particular, ha tratado de ayudar a solventar algunos de estos obstáculos.
Tras muchos años de actividad como investigadores, diseñadores, asesores, exhibidores… el equipo decidió emprender la exploración de un nuevo campo: la deconstrucción de edificios. En 2016, se incorporó Rotor DC (Deconstrucción y Asesoramiento), una cooperativa derivada que adquiriría experiencia en el desmontaje selectivo para una ulterior reutilización de partes de edificios situados en inmuebles destinados a ser demolidos o sometidos a importantes renovaciones. Con sede en Bruselas, Rotor DC se centra en el tipo de propiedad inmobiliaria con más posibilidades de atravesar cambios dentro de la capital de Europa: edificios de gran escala en el sector terciario que, en la mayor parte de los casos, sólo tienen unas pocas décadas de antigüedad.

Los elementos son cuidadosamente retirados antes del inicio de los trabajos convencionales de demolición, preparados para su reutilización y vendidos antes de convertirse en parte de nuevos proyectos arquitectónicos.
Desde el inicio de estas actividades en 2013 (antes de la incorporación), DC ha desmantelado y recomercializado más de 1275 toneladas de materiales reutilizables que, de otro modo, hubieran sido desguazados, pulverizados o destruidos. Emplean ahora 6,5 equivalentes a tiempo completo activos tanto en puntos de deconstrucción como en almacenes-talleres de Rotor en Anderlecht, próximos al centro de la ciudad de Bruselas, donde el equipo alquila un edificio con una superficie de 2.500m2 que opera como almacén, taller y showroom-local comercial para Rotor y Rotor DC.
En el siguiente texto, dos jóvenes colaboradores de Rotor DC, Victoria van Kan y Camille de Jerphanion ofrecen, desde su perspectiva de miembros de este equipo, una descripción del tratamiento atravesado por los materiales en Rotor DC. Comparan estas operaciones a un proceso de rejuvenecimiento cuyas fases describirán pormenorizadamente a continuación.
Como un ensamblaje de miles de piezas, el edificio en sí se constituye, por lo general, como el último paso en la cadena constructiva. En el caso de las prácticas de Rotor DC, el proceso de deconstrucción prolonga la vida de una amplia cantidad de piezas.

French manufacturer of quality ceramic tiles.
El momento de la deconstrucción consiste en el desmontaje de esos miles de partes. Se afrontan las múltiples formas de unión de las piezas y los materiales que conformaban la integridad del edificio son retirados uno por uno.
Antes de proceder a la demolición, se establece un inventario preliminar de materiales potencialmente reusables. Estos materiales son evaluados en función de su valor patrimonial y simbólico, así como por su forma de unión, medida, peso y su facilidad para ser almacenado y transportado en un palé.
Toda deconstrucción comienza con una fase experimental: cualquier elemento que va a ser retirado de su emplazamiento original, es primeramente sometido a un test de desmontaje.
En función del material y su dificultad de extracción, la fase experimental puede llegar a ser muy prolongada. El primer lote de materiales desmantelados frecuentemente sufre algún tipo de desperfecto y no siempre puede ser recomercializado.
Una vez que la técnica de desmantelado queda establecida, comienza el movimiento de deconstrucción dirigido por el cuerpo humano. La deconstrucción es una experiencia de inmersión física. Durante su vida, los edificios atraviesan transformaciones a lo largo del tiempo. Los componentes originales y los sistemas de fijación son reemplazados, las distintas capas son reparadas. Es necesario mantener la atención y adaptar constantemente la forma de desmantelar. Los materiales son después apilados y embalados y trasladados al almacén de Rotor DC, donde tiene lugar un segundo recuento y selección.
Este proceso puede ser comparado a una fuente de la eterna juventud, en la que el material se sumerge antiguo y algunas veces inutilizable, y emerge regenerado y listo para ser utilizado. Mientras la superficie del agua esté lisa, su fondo invisible está en perpetuo movimiento. La práctica de la deconstrucción deja en los materiales trazos de su anterior vida. En algunos casos, estas marcas deben eliminarse a fin de revalorizar cada componente. El proceso de limpieza requiere fundamentalmente de conocimiento de todas las técnicas con objeto de conservar o incrementar su valor. La mano humana es esencial. La regeneración es un proceso irregular, esencialmente incompatible con la mecanización. El propósito es, por lo tanto, retirar los residuos de una fijación previa pero sin eliminar necesariamente las marcas de desgaste que, frecuentemente, confieren valor al material. En algunos casos, esta delicada operación consiste en la repetición de una caricia, una fricción que quizá pueda dejar marcas. Limpiarlo contribuye a alterarlo.
Una vez extraídos de su anterior fase, los materiales serán primeramente sujetos a un inventario. Tan cuidadosamente como sea posible, cada elemento será medido, contado y examinado para detectar sus defectos o particularidades. Éste es justamente el momento en que el que aparece un conocimiento más amplio y ajustado de los componentes recuperados. Comprendiendo primero cómo desmantelar el elemento y cómo funcionaba previamente podemos a continuación averiguar cómo tratarlo y comenzar a considerarlo tal y como es, aislado de cualquier contexto y función precedente. De esta manera, una cubierta de radiador, una emblemática pieza de mobiliario en las oficinas de los años 70, puede convertirse otra vez en un panel curvo de contrachapado. Un idiosincrático suelo de mármol puede convertirse en un lote de baldosas de nuevo. Cada componente comienza a existir como una entidad individual y que difiere de otra, algo que da como resultado un gran número de líneas y columnas en un documento de Excel.
La tarea de crear un inventario es un ejercicio mental complejo. Requiere hacer malabares sin cesar con la visión particular de un elemento y la visión global total del conjunto. Esta tarea no puede ser separada de la atención del ojo humano, que podría fácilmente perder algún detalle definitorio de la pieza. La labor repetitiva del inventario se convierte en la depuración de la suma de docenas de pequeños inventarios, específicos para cada elemento dentro de un lote de material. Este ojo humano no es infalible, casi siempre se descubre algún error de inventario durante la recomercialización de los materiales. La dificultad para alcanzar la precisión se debe probablemente a la rapidez con que debe hacerse el inventario, el material debe estar lo antes posible disponible para la venta y su venta no siempre cubre el costo de ese exhaustivo trabajo de inventario.
Yendo de una tarea a la otra, cuando hay prisa, nos olvidamos de lo que es importante y de lo que estaba planeado para el futuro: las tareas son múltiples. Las cosas entonces se quedan quietas e inacabadas en el rincón de un taller. En una atmósfera de múltiples casos específicos a la vez, la comunicación entre colaboradores es vital a fin de evitar la pérdida de conocimiento de gran valor.
Lo inesperado interfiere con el puro pensamiento económico. Lo irregular, la lenta temporalidad del inventario contradice la lógica de la máxima eficiencia. La reutilización difícilmente puede ser sistematizada y se mantiene entre dos mundos opuestos: la presión del costo de elaboración y la adopción de una actitud cuidadosa, protectora.

Se llevan a cabo esfuerzos para suprimir los problemas que presentan los pasos previos. Esto es un intento de ocultar la complejidad del proceso y, de hecho, es casi la única opción para difundir el uso de los elementos reusables de los edificios.
La cuestión es alisar toda la superficie del agua. Cuanto más llana, sencilla y menos problemática parezca la reutilización (o la reinstalación), más será apreciada. Una de estas herramientas de alisado es la página web, la cual ofrece un inventario ‘en directo’ de cada producto, proporcionando así una apreciable garantía de confianza.
Los materiales son fotografiados en nuestro taller. La representación del componente debe ser atractiva y, al mismo tiempo, mostrar sus defectos y particularidades. La imagen alisada niega el proceso irregular que el material ha atravesado. Esta simulación de un material óptimo lleva a una serie de preguntas recurrentes que ponen en cuestión el valor del precio de reventa. Además de esto, la venta online de materiales de segunda mano es problemática debido a esta imagen alterada. Toda cualidad no mencionada implica consecuencias directas y genera un considerable número de emails que deben ser contestados uno por uno. Necesitamos por ello reconsiderar simultáneamente el proceso de preparación de la reutilización.
La deconstrucción ha tenido considerable reconocimiento debido al atractivo carácter de las imágenes que produce, mientras que la fase de regeneración permanece casi invisible. Preguntas acerca de qué sucede debajo de la superficie, dentro del taller, y los problemas que todo esto conlleva raramente se comparten. El conocimiento de todo el proceso es un incentivo para iniciativas de segunda mano.
Después de todo, no todos los materiales emergen del agua: se quedan almacenados en algún sitio y después se desplazan para hacer sitio a nuevos materiales. Gradualmente son empujados a la parte trasera y se quedan allí olvidados para reaparecer cuando vuelve a haber urgente necesidad de espacio.
Algunos materiales nunca entrarán. Se trata de tomar decisiones. Es en este punto cuando puede ser reevaluado el valor para la reutilización de algún material, algo que es difícil de predecir. Qué se debe almacenar, que se debe desechar, que se debe tirar después de estar un largo tiempo en almacenamiento (almacenaje inútil). Es fácil llenar un almacén con productos de segunda mano; es más complicado asegurar la redistribución y la constante renovación de stock que evite que esos materiales acaben no siendo más que una insignificante pila de basura.
Baldosa cerámica
Producida por una serie de compañías belgas a partir de los años 20, las losetas de cerámica son uno de los elementos que merece la pena rescatar de obras de demolición y renovación. Con la ayuda de un martillo y un cincel, son retiradas hilera a hilera (teniendo previsto un porcentaje de rotura). Las baldosas completas, conservando aún una gruesa capa de mortero, son empaquetadas y transportadas para ser reprocesadas. La capa gruesa de mortero se elimina con una taladradora neumática, loseta a loseta. De vuelta a sus cajas, son sumergidas en un baño de ácido orgánico, donde permanecen por unos días. Este baño deja las losetas intactas y disuelve los restos de mortero. Las losetas son limpiadas posteriormente con un chorro de agua a alta presión, secadas, revisadas y ordenadas. Se empaquetan (en lotes de 20), contadas e inventariadas. Cada tipo de loseta es fotografiada en el estudio y publicada online (acompañada de la cantidad disponible en metros cuadrados). Sin la capa de mortero son muy fáciles de reinstalar en un lecho de mortero delgado o incluso cemento cola. Al cocerse a una alta temperatura, requieren de mucha energía para su producción.


Deconstruction of ceramic tiles in a 1930s university complex, prior to a renovation, Liège. Photo: OBeart

Losa de mármol
Miles de metros cuadrados de losa fueron desmanteladas de la icónica Estación del Norte de Bruselas y preparadas para su reutilización por Rotor DC. Las losas están selladas con juntas. Cuando las juntas son blandas pueden extraerse fácilmente con una palanca, pero si son más sólidos es precisa la ayuda de una amoladora deslizante para separarlos. Las losas del suelo se pusieron en una base sin cemento, lo que hace más sencillo retirarlas. Las losas de pared son atadas con soportes y deben ser cortadas. A continuación, son paletizadas y sujetadas para ser procesadas por Rotor DC. En el taller pasan una a una a través de una amoladora rotatoria de piedra. Los nudos restantes se retiran de los lados y las esquinas se enderezan. Se limpian y clasifican de acuerdo a su calidad: A, B, C. Calidad A designa una superficie excepcional con lados rectos, sin daños en las esquinas (3mm de margen). Calidad B indica que las superficies de las losas están dañadas pero su cara sin pulir (reverso) está en buenas condiciones y puede utilizarse en la ubicación final. Las losas de mármol son almacenadas en el patio, separadas entre sí por listones. Después son inventariadas, normalmente por metro cuadrado.


Panel de madera contrachapada curva
Las torres del WTC (World Trade Center) de Bruselas, construidas en los años 70 están siendo desmontadas para su renovación. Rotor DC desmanteló una parte de sus materiales y extrajo 2.620 cubiertas de radiadores.
Son relativamente fáciles de desmontar sin daños. Los paneles se desatornillan y son separados, inspeccionados, apilados en función de su calidad, colocados en palets y atados. Cada palet se etiqueta y se transporta al almacén de Rotor. Mientras el camión descarga los palets se cuentan, son inventariados y almacenados. Algunos paneles individuales son llevados al taller para una revisión más exhaustiva. Se determina la calidad y el estado de cada material (el panel se vende sin limpiar en dos calidades, A y B). Se marca el precio de cada panel, y este se fotografía en el estudio y se publica para su venta indicando las cantidades. Debido al hecho de que los paneles son curvos, el elemento se sostiene en pie y es un material fácil para trabajar. Rotor reutilizó estos paneles curvados de madera contrachapada para crear estantes de libros en el proyecto del centro cultural de Abattoirs de Bomel.

